Mantén tu mente constantemente alejada de la conciencia material. Permanece en el mundo, pero no pertenezcas a él. La vida es demasiado corta para perder el tiempo. Pero cuando intentas modelar tu vida según el ejemplo de Jesús y de otros grandes seres, quienes sólo vivieron para hacer la voluntad de Dios, entonces puedes ver que la vida es divina y está llena de alegría.
Prepara tu mente para comulgar con Cristo. Si tienes el poder de voluntad y la fuerza para meditar profundamente en ese día, sentirás la presencia de Dios y de Cristo.
Realizar hermosos regalos para llevar alegría a los demás y expresar tu amor por ellos está muy bien. Pero la verdadera celebración de la Navidad es experimentar de alguna forma la presencia de Cristo – saber que Él ha nacido en la cuna de nuestra consciente meditación.
Él desea venir a nosotros, pero no puede sin los portales de la devoción, que son los únicos a través de los cuales Él puede entrar en nuestra vida, están cerrados. Dondequiera que Él encuentra almas sinceras intenta llegar a ellas; pero ¿cómo podrá entrar cuando las puertas de la calma están cerradas, y el pestillo de la inquietud ha cerrado el alma con llave? Sin embargo si meditas profundamente y por bastante tiempo, e invocas a Cristo con todo el amor del alma, eliminando todas las barreras de la inquietud y de la duda, te darás cuenta que Él gustosamente ha llegado a ti. Conocerás el verdadero significado y la alegría de la Navidad.
Un comentario
Gracias por esa valiosa información espero que el amor la paz la bundancia de Dios reine siempre en sus corazones