La Mente: ¿es tu sirviente o tú le sirves?

mente

¿La mente es tu sirviente o tú le sirves a ella? Posiblemente no tienes la respuesta a esta interrogante, entonces es un buen momento para empieces a observar e intentes responderla.

Aunque todos tenemos una mente y la utilizamos todo el tiempo, en realidad no sabemos a ciencia cierta qué es exactamente y cuál es su poder. Estamos tan atrapados en las actividades de ésta, que no nos tomamos el tiempo para descubrir lo que verdaderamente es,  y para hacerlo primero hay que entender cómo funciona.

Vamos a empezar haciéndonos estos cuestionamientos e intentar responderlos ¿Cuál es la naturaleza de este maravilloso instrumento llamado mente?, ¿Cuál es su relación con lo que verdaderamente somos?, ¿Cuál es su relación con el cuerpo?, ¿Cuál es la función verdadera?, ¿Podemos aprender a ver la mente objetivamente, así como vemos nuestras manos y nuestros pies? En este sentido, el Ayurveda y las ciencias del Yoga nos brindan herramientas valiosísimas.

Cuando nacemos, nuestra conciencia se aloja allí, en la mente; pero nadie nos enseña cómo utilizarla, ojalá hubiera sido diferente, que se nos explicara sobre su sensibilidad y sus emociones; entonces nuestro viaje por la vida, nuestros logros, nuestros resultados y nuestro bienestar sería el mejor.

La historia ha demostrado incontables veces, como la mente puede proporcionarnos gran felicidad o, al contrario causar estragos en nuestras vidas y en el mundo entero. Todos los problemas que consideramos de comportamiento no son más que un mal uso de la mente que surgen precisamente de la ignorancia de cómo funciona esta. A partir de esto nacen nuevas interrogantes: ¿de qué manera podemos cumplir nuestros deseos? o ¿cómo evitar que ocurra lo que tanto tememos?. Aunque parezcan problemas importantes, no son más que la consecuencia natural de nuestra ignorancia básica acerca de la mente.

Todos los problemas que parecen ser tan inmediatos e importantes y además que necesitan atención cómo: ¿Seremos amados?, ¿nuestros amigos o nuestra familia serán felices?, ¿conseguiré el trabajo que tanto deseo? no son el problema real y no se pueden resolver directamente, son solo la consecuencia momentánea del desconocimiento del poder de la mente y de la forma de usarla. Entonces el problema real se hace evidente, y es aprender a utilizar el instrumento central, más importante de nuestras vidas: la mente misma. Aprender su uso correcto no sólo resuelve nuestros problemas psicológicos sino que también nos enfoca hacia nuestro mayor potencial de auto-realización y la creación de bienestar en nuestras vidas. Nos conduce y nos abre a la vida espiritual, que representa nuestra verdadera meta y misión como seres conscientes. Este aprendizaje nos lleva a trascender la mente, intrínsecamente limitada, hacia una Conciencia Pura sin límites de tiempo, espacio o causalidad. Para cualquier cosa de nuestra vida, debemos empezar por comprender a nuestra mente.

OBSERVAR PARA ENTENDER

Empecemos a observar la mente para entender cómo funciona esta. Imaginemos que nuestros pensamientos son un arroyo y que estamos sentados en la orilla viéndolos fluir. Observemos el contenido de nuestra mente fluyendo, sin juzgar ni interferir, como si miráramos una hoja flotar y navegar con la corriente de un río.

Al tomar la actitud de testigo observador podemos llegar a conocer con facilidad a la mente, sus funciones  y sus actividades. También, podemos percibir las diversas fluctuaciones de los pensamientos, sentimientos e impresiones, y discernir los estados de vigilia, de sueño y de sueño profundo. Debemos esforzarnos para focalizar nuestra conciencia en esta actitud de observador de la mente. Esta es la clave para acceder a la naturaleza real de la mente. Mientras estemos atrapados, siendo protagonistas de las actividades mentales, nos es imposible verla como lo que verdaderamente es; al igual que no podemos observar lo que sucede en una sala de cine si nuestra atención está en la película.

Todo lo que podemos observar existe fuera de nuestra conciencia, por ejemplo, una taza sobre la mesa, son objetos que existen fuera de nuestra conciencia, aunque esta sea la que los percibe. Sin embargo, no sólo podemos observar los objetos externos, sino también los objetos internos. Podemos observar cómo nuestros órganos sensoriales se agudizan o al contrario se debilitan, por ejemplo, si nuestra visión comienza a fallar. Si miramos profundamente podemos observar que nuestras emociones, nuestros pensamientos, e incluso nuestro propio ego, son todos fenómenos fluctuantes. Podemos observar las funciones de la mente al igual que los movimientos de nuestro cuerpo.

De la misma manera que el ojo no se daña cuando la taza de café cae al suelo y se rompe, la conciencia no se daña cuando el contenido de la mente se ve alterado. La conciencia del testigo observador debe quedar «separada» de los objetos y las condiciones que observa. Por lo tanto, lo primero que contemplamos sobre la mente es que, como algo observable, la mente es como un objeto. La mente, en realidad, es algo material que forma parte del mundo externo, nos pertenece, pero no somos la mente; al igual que nuestro coche, nos pertenece pero no somos el coche. Podemos ser aún más pragmáticos, tenemos una profesión, ingeniero, abogado, etc. pero no somos la profesión. Esta afirmación puede resultar desconcertante, pero en el fondo, es algo que ya sabíamos intuitivamente. Cuando hablamos de «nuestra mente», definimos la mente como un objeto que nos pertenece, sin que seamos la mente o forme parte de quién somos.

La mente tiene una estructura material, un conjunto de condiciones y energías perceptibles. Esto no quiere decir que la mente sea un objeto comparable a una roca o que sea un órgano del cuerpo físico como el cerebro o que su naturaleza sea exclusivamente química. La mente no es materia física explícitamente, es materia sutil, etérea y luminosa. Como entidad orgánica, la mente posee una estructura, un ciclo de nutrición, un origen y un fin. La mente se halla investida de una cuantía determinada de energía que produce varios efectos tangibles. Así como podemos ver y usar nuestras manos, la conciencia puede percibir y usar la mente. Pero esto requiere de un estado elevado de atención. Para esto es necesario el desapego de la mente, lo que significa el desentendimiénto de las actividades y de los intereses de la mente. Sé que esto puede sonar algo confuso, pero llevado a la práctica es perfectamente entendible.

LA MENTE ES UN INSTRUMENTO, UNA HERRAMIENTA

La mente se dedica a procesar la información sensorial es en sí, es tan solo un instrumento. La mente es un medio para conseguir información del mundo exterior. La mente es la principal herramienta que usamos para funcionar en la vida.

La mente es un instrumento de conocimiento, elaborado por la Inteligencia Cósmica, para permitir el desarrollo de la conciencia. La mente es la máquina absoluta, la mejor computadora, la organización más fina de la materia, la cual permite el conocimiento del mundo material.

Como la mente es un instrumento, entonces no somos la mente, al igual que todo en la vida, no somos ningún instrumento que utilizamos. Y como cualquier instrumento que utilizamos, debemos aprender a dominarlo sin dejar que este, nos someta a nosotros. Sin embargo, hemos olvidado que la mente es nuestro instrumento y a pesar de que hablemos de la mente como nuestra, nos referimos a nosotros como la mente. Permitimos que la mente nos diga quiénes somos y qué debemos hacer. Habiéndonos convertido en esclavos de la mente, hemos perdido el control de nuestro destino y seguimos los deseos de la mente, que ni siquiera son nuestros sino que provienen del mundo exterior.

MENTE Y CONCIENCIA, LA GRAN DIFERENCIA

Detrás de las fluctuaciones mentales podemos encontrar una conciencia permanente, un sentido inagotable de uno mismo, del Ser profundo, una persistente capacidad para observar, testimoniar y percibir.

Aunque el contenido de la mente este en constante movimiento, como las nubes en el cielo, nuestra conciencia presenta una continuidad permanente, comparable a la pureza del espacio, que nos permite observar con desprendimiento este contenido. Por lo tanto la mente no es la conciencia. La conciencia actúa a través de este instrumento, así como una persona trabaja en su computador. A diferencia de la mente, la conciencia no tiene forma, función o movimiento. No está localizada ni en el tiempo, ni en el espacio y se mantiene apartada como el testigo observador. No se ve afectada por las acciones y permanece ajena a los buenos o malos resultados. Para llegar a esta conciencia, tenemos que aprender a transcender la mente, lo que implica, una vez más, desapegarnos de ella. Como seres humanos, esa es nuestra verdadera misión y constituye la esencia del camino espiritual, independientemente de cuál decidamos transitar.

Mientras nos mantengamos en la esfera de la mente, estamos dominados por lo exterior, lo cual nos impide conocer nuestra realidad interna. Mas allá del campo mental, el verdadero conocimiento es la Conciencia Pura. Nuestra conciencia ordinaria está condicionada por el campo mental. La mente parece conciencia sólo porque la luz de la conciencia pura se refleja en el campo mental. Por lo tanto, la mente per se, no es consciente, inteligente ni auto-luminosa. Funciona bajo el reflejo de una luz mayor, una conciencia superior donde solo existe la comprensión y la libertad.

Comparte este post con tus amigos

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Email
Picture of Alejandra Plaza

Alejandra Plaza

Proximo taller

Meditación con Sonido Primordial

Meditación

Post relacionados

La Carta Astral Védica como guía espiritual en la Vida

julio 12, 2024
Carta Astral Védica
La astrología védica, también conocida como Jyotish, es una antigua ciencia de la India que estudia la influencia de los astros en la vida humana. La Carta Astral Védica es una herramienta poderosa que proporciona una visión profunda de la personalidad, los talentos y las circunstancias de vida de una persona. Contar con la guía de un astrólogo védico puede transformar significativamente la vida de una persona, ofreciendo claridad, dirección y soluciones a problemas específicos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

TODOS LOS CHAKRAS

CHAKRA 7 SAHASRARA

CHAKRA 6 AJÑA

CHAKRA 5 VISHUDDHA

CHAKRA 4 ANAHATA

CHAKRA 3 MANIPURA

CHAKRA 2 SVADHISHTHANA

CHAKRA 1 MULADHARA