La razón de tu existencia

Si reconocieras por un instante tu identidad divina, todos tus problemas se acabarían.

Nacer, vivir y morir sin conocer la respuesta al misterio de por qué fuiste enviado a la tierra como ser humano constituye un insulto a tu Esencia Divina, a tu Ser Espiritual. Olvidar tu origen y naturaleza equivale a no comprender en absoluto la razón de la existencia. Es necesario aprender a percibir la inteligencia divina en cada creación, en cada experiencia y disfrutar del gozo de su existencia. Haz de esta práctica un hábito y, a su debido tiempo, comprobarás el gran beneficio que te aporta, como tu vida comienza a tomar otro sentido. La adquisición de posesiones materiales y prosperidad no constituye una salvaguardia contra el dolor y el sufrimiento.

Llegará el día en el que te sientas totalmente desvalido, y aunque no lo creas, es necesaria esa experiencia, para tomar conciencia que la verdadera seguridad se encuentra solo cuando elevas tu conciencia y reconoces tu Esencia Divina. El poder siempre ha estado y está en ti. Cuando aprendas a reconocer que esa esencia está presente en todo y en todos, solo entonces comprenderás el significado de cada experiencia y la posibilidad siempre latente de vivir en dicha y el gozo supremo. Como la flor de loto que emerge de lo profundo de los pantanos revelando su natural belleza, manteniéndola siempre impecable en el sucio fango que la rodea. Así tienes que vivir, reconociendo continuamente tu naturaleza divina, entonces el mundo material, mundano y bajo no se adherirá a la mente.

La gota de rocío que se disocia del lago y flota aislada sobre la hoja de una flor de loto, acabará secándose a menos que regrese al lago. De igual manera, antes de que la vida elevada se evapore por la búsqueda de la satisfacción de deseos mundanos y materiales, será preferible que te deslices hacia la conciencia de lo Divino. De ese modo, la gota de rocío de la vida no sufrirá muerte, sino que será eterna. El nacimiento implica nuestra separación del Infinito, la muerte no es el final de la vida, sino la transición hacia un estado superior de la existencia. Liberarse de la vida y de la muerte significa retornar al vinculo sagrado de la conciencia pura. La gota de rocío pertenece al mar, separada de éste, es vulnerable al sol, al viento y a otros elementos de la naturaleza; pero cuando la gota retorna a su fuente, se expande al recobrar su unidad con el mar. Lo mismo sucede con tu vida al unirte con la Conciencia Pura, te volverás invencible.

Mientras estemos separados del Mar Eterno, nuestro objetivo debe ser el de manifestar, tanto como nos sea posible, nuestra Esencia Divina. En la hoja del loto de la felicidad material, la gota de rocío de la vida debe permanecer intacta e impoluta hasta que se deslice hacia la inmensidad innata, a pesar de la adversidad.