AYURVEDA
Ayurveda significa «ciencia de la vida». Es una disciplina Védica con más de 5000 años de antigüedad y el sistema de sanación natural y tradicional de la India. Ayurveda conforma el aspecto médico de los sistemas yóguicos provenientes de la India, entre los cuales se encuentran Yoga, Vedanta, Tantra y Budismo. Hoy en día, se encuentra a la vanguardia de la medicina mente-cuerpo, y se ha propagado más allá de su país de origen cautivando cada vez más el interés del mundo entero. Así, con su percepción milenaria y clara de la vida y la conciencia, no resulta arcaica ni obsoleta, sino representa una verdadera clave para la medicina del futuro. Esto se debe al enfoque único y espiritual con el que entiende nuestro lugar en el universo.
En Ayurveda, el cuerpo físico es una cristalización de tendencias mentales profundas heredadas de vidas anteriores. Se considera a la mente como un reflejo del cuerpo y como la bodega de impresiones infundidas por los sentidos. Más allá del conjunto cuerpo-mente, reconoce nuestro Ser profundo y la inmortalidad de nuestra naturaleza, y nos permite trascender todas las dificultades físicas y mentales. Ayurveda comprende el cuerpo, la mente y el espíritu con una visión única y ha desarrollado métodos específicos para trabajar en cada uno de estos aspectos.
Ayurveda no concibe el ser humano como un conjunto limitado de procesos bioquímicos. No considera la mente como una simple función cerebral. Tampoco percibe al individuo como un producto de circunstancias sociales, aun reconociendo la importancia que estos factores pueden llegar a tener. En esta disciplina, se concibe el alma humana como conciencia pura que se vincula, pero no se limita al conjunto cuerpo-mente, siendo éste sólo un instrumento de su manifestación.
El propio cuerpo es un organismo mental, un vehículo de la percepción diseñado para apoyar las funciones sensoriales y facilitar las experiencias mentales. Cualquier trastorno de la función fisiológica tiene su raíz en el proceso perceptivo y es causado por el mal uso de los sentidos. El uso limitado, excesivo o incorrecto de los sentidos nos lleva a acciones equivocadas que pueden, a su vez, generar un posible dolor. Para entender cómo funciona nuestro cuerpo debemos observar cómo utilizamos nuestras mentes.
Yoga, Ayurveda y Tantra
Ayurveda es la rama encargada de la sanación en la ciencia yóguica. Yoga es su aspecto espiritual, mientras que Ayurveda es la rama terapéutica del Yoga. En cuanto al Yoga, éste va más allá que las Asanas o posturas físicas ampliamente visibles en Occidente hoy en día. Yoga es una herramienta de desarrollo espiritual destinada a la auto-realización, al descubrimiento de nuestra verdadera naturaleza más allá del tiempo y el espacio. Este proceso favorece una mente y un cuerpo libre de enfermedad.
Es tradicional que Yoga, como terapia médica, forme parte de Ayurveda y se enfoque en el tratamiento de enfermedades físicas y mentales. Para tratar las enfermedades físicas, el Ayurveda utiliza métodos yóguicos como posturas y ejercicios de respiración. Los tratamientos ayurvédicos enfocados a enfermedades mentales incluyen prácticas yóguicas destinadas a fortalecer y estimular el crecimiento espiritual, como por ejemplo, mantras y meditación.
El concepto ayurvédico de la mente se origina en la filosofía yóguica y su interpretación de los distintos niveles de conciencia. El Ayurveda y la psicología yóguica eran una misma cosa y sólo fue hasta hace poco que comenzaron a divergir. Esta separación se debe al hecho que en el mundo occidental las personas y los instructores de Yoga no siempre comprenden la conexión entre Yoga y Ayurveda.
Actualmente, existen varias corrientes de psicología yóguica. Algunas combinan posturas de Yoga con métodos de psicoanálisis. También, algunos de estos métodos juntan la meditación yóguica con enfoques médicos o psiquiátricos occidentales. Para tratar la mente, algunos aplican directamente métodos yóguicos, pero sin recurrir al Ayurveda. Estos enfoques pueden resultar eficaces pero funcionarían muchísimo mejor si son combinados con Ayurveda, porque su enfoque de sanación original proporciona el lenguaje médico adecuado para utilizar Yoga como una ciencia absoluta de sanación.
Tanto Ayurveda como Yoga están vinculados con el Tantra, el cual ofrece varias técnicas para modificar la naturaleza de la conciencia. Sin embargo, la idea popular de que el Tantra encarna un sistema de prácticas sexuales refleja solamente un aspecto general e inferior del Tantra. En realidad, se trata de un sistema completo para el desarrollo humano que nos puede ayudar a mejorar todos los aspectos de nuestras vidas.
Las herramientas tántricas incluyen terapias sensoriales de cromoterapia, gemas, sonidos y mantras, junto con la devoción hacia ciertas deidades. Las deidades, como el Señor Shiva o la Madre Divina, son arquetipos que pueden generar cambios profundos en la conciencia, cambios que la mente individual no puede entender. Las terapias sensoriales pueden contribuir a reprogramar la mente, eliminando condicionamientos negativos sin necesidad de pasar por un análisis. Los métodos ayurvédicos para la sanación mental incluyen el Tantra. La concepción tántrica de las fuerzas sutiles, mentales y corporales está estrechamente vinculada con Ayurveda. Los aspectos más avanzados y profundos del Yoga recurren también a métodos tántricos elevados.
Medicina mente-cuerpo
Los doctores ayurvédicos no necesitan denominarse psicólogos. La psicología forma parte de sus prácticas diarias, cuyo enfoque incluye las enfermedades físicas y mentales. Según Ayurveda, las enfermedades físicas aparecen principalmente debido a factores externos como la mala alimentación o la exposición a patógenos. Las enfermedades mentales se deben, ante todo, a factores internos como el mal uso de los sentidos y la acumulación de emociones negativas. Las emociones negativas provienen a menudo de nuestro karma y son el resultado de acciones pasadas en vidas anteriores. Sin embargo, las enfermedades físicas y psicológicas están generalmente relacionadas y rara vez se produce una sin la otra.
Algunas enfermedades, como las infecciones agudas, tienen casi siempre causas físicas y pueden ser tratadas exclusivamente a nivel físico. Pero la mayoría de las enfermedades tienen causas psicológicas; además, todas las enfermedades prolongadas o crónicas conllevan serios efectos psicológicos. La enfermedad física altera las emociones y debilita los sentidos, lo que puede dar lugar a disturbios mentales. Los desequilibrios psicológicos tienen también consecuencias físicas. Se traducen en desequilibrios alimenticios que fatigan el corazón, los nervios y debilitan el cuerpo.
En el mundo actual, nuestros problemas son, ante todo, de índole psicológica. Tenemos alimentos variados y adecuados, ropa y vivienda, lo cual previene la mayoría de las enfermedades del cuerpo. Sin embargo, aunque la mayoría de nosotros no tengamos problemas físicos importantes, sufrimos a menudo de problemas psicológicos. Estos disturbios pueden manifestarse como sentimientos de soledad, carencia de amor, falta de valoración, ira, estrés o ansiedad. Los cuales pueden ebilitar nuestra energía física y hasta impedirnos hacer lo que realmente deseamos.
Nuestra forma de vida genera infelicidad. Vivimos en una cultura activa y turbulenta que ofrece poco espacio para la paz y el regocijo. Hemos trastornado las raíces orgánicas de la vida, constituidas por buen alimento, agua, aire puro y una vida familiar feliz. Vivimos en un mundo artificial dominado por los paisajes urbanos y los medios de comunicación en el cual hay una escasez de alimento para el alma. Siempre deseamos cosas nuevas y rara vez estamos contentos con lo que tenemos. Corremos detrás de un estímulo, luego detrás de otro, rara vez observando que el proceso de nuestra vida no tiene un rumbo establecido. Nuestras vidas siguen patrones de acumulación, sin que nunca nos detengamos o descansemos. La medicina occidental es más una solución rápida para seguir en el camino equivocado de nuestro estilo de vida, y rara vez, se enfoca en la raíz del problema. Tomamos una pastilla rápidamente con la esperanza de que nuestros problemas desaparezcan, sin tener en cuenta que es sólo un síntoma, un aviso de un desequilibrio en el organismo, una luz de advertencia que, en vez de ignorar, valdría más la pena atender.
Ayurveda, en cambio, enseña que las claves para el bienestar son la armonía con la naturaleza, la sencillez y la alegría. Nos enseña cómo vivir en un estado de equilibrio, en donde la satisfacción proviene simplemente de existir y no de buscar el cambio. Nos conecta con las fuentes de creatividad y felicidad que emanan de nuestra conciencia, con el fin de que podamos superar permanentemente nuestros problemas psicológicos. Ayurveda nos ofrece una verdadera solución a nuestros problemas de salud: el regreso a la unidad con el universo y nuestro Ser Divino interior. Esto implica un cambio en nuestra forma de vivir, pensar y percibir.
Niveles de sanación en el ayurvédica
Ayurveda reconoce cuatro niveles primordiales de curación:
- Tratamiento de enfermedades.
- Prevención de enfermedades.
- Mejoría de la calidad de vida.
- Desarrollo de la conciencia.
Para la mayoría de nosotros, el tratamiento médico comienza a partir de la enfermedad. Se enfoca en el tratamiento de esta afección como respuesta a una condición que ya ocurrió. Su objetivo es reparar algo ya roto. Sin embargo, cuando la medicina comienza con el tratamiento suele ser un fracaso desde el inicio, porque la enfermedad ya nos ha dañado. En esta última etapa, pueden resultar necesarios métodos radicales e invasivos, como medicamentos o cirugía, que ocasionan muchos efectos secundarios.
El nivel más alto de sanación consiste en eliminar la enfermedad antes que se haya manifestado. En este tipo de medicina, los métodos invasivos como los medicamentos o la cirugía rara vez son necesarios. Para llegar a este nivel, debemos tener en cuenta los efectos de nuestro estilo de vida, del medio ambiente, del trabajo y del estado psicológico. Para no ser vulnerables a enfermedades debemos eliminar los factores negativos de nuestra vida cotidiana.
Se podría decir que siempre estamos enfermos, ya que la vida misma es transitoria e inestable. Siempre hay alguna enfermedad atacándonos, sobre todo debido a los cambios de clima o al proceso de envejecimiento. Cada criatura que nace deberá morir en algún momento. La salud es una cuestión de ajustes continuos como los de un barco antes de salir a navegar. Por eso, no puede ser alcanzada de manera permanente y luego olvidada, debe ser una preocupación constante.
El tercer nivel de tratamiento es la terapia para mejorar la calidad de vida, cuyo objetivo es mejorar nuestra vitalidad y permitirnos vivir más tiempo. No se limita a prevenir enfermedades, nos indica cómo incrementar nuestra vitalidad de una manera positiva. Sin embargo, Ayurveda tiene en cuenta una meta mayor que la obtención de la salud, la prevención de enfermedades y la longevidad.
El cuarto nivel del Ayurveda es el desarrollo de la conciencia. Este requiere un enfoque espiritual de la vida, incluyendo la práctica de la meditación. Ser saludable es ciertamente importante pero estar sano no es un fin en sí mismo. No basta con gozar de una vida larga y tener mejor energía para realizar las cosas que queremos. Debemos averiguar en qué estamos gastando nuestra energía y por qué. La condición cualitativa de nuestra conciencia es el verdadero fruto de todo lo que hacemos. Es nuestra expresión final, la esencia de nuestro Ser profundo. Nuestra conciencia es la única cosa que podemos llevarnos al morir. Puede seguir creciendo aún cuando el cuerpo y la mente inician el proceso de deterioro y es nuestra mayor ayuda en el proceso de envejecimiento.
El propósito de la encarnación física es el desarrollo de una conciencia superior. Esto no sólo nos eleva a nivel individual, sino también al mundo y al resto de la humanidad. Todos los problemas humanos surgen por la carencia de una verdadera conciencia que no es simplemente falta de información, sino una falta de comprensión del lugar real que ocupamos en el universo. En realidad, no tenemos lugar en el universo. El universo reside en nuestro interior. Todo el universo (incluyendo todos los seres humanos) es parte de nuestro propio Ser. Toda la creación no es más que una forma diferente de lo que somos. Son como las diferentes ramas y hojas del mismo árbol de la conciencia. La verdadera conciencia consiste en reconocer la unidad a través de la cual podemos trascender nuestras limitaciones personales y entender el Ser como el Todo. Esta es la última meta de Ayurveda, su objetivo es liberarnos de todo dolor y sufrimiento. La verdadera conciencia es la cura definitiva de todos los trastornos psicológicos. Pero para entenderlo, primero debemos llevar a cabo una introspección de la mente y sus funciones. Tenemos que empezar desde donde estamos. En esta dirección comienza nuestro viaje.
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