SEIS DETERMINACIONES DE AÑO NUEVO PARA SUS GENES

Este es el momento de hacer el próximo año con éxito por adelantado a través de importantes decisiones que durarán y realmente funcionarán. Tradicionalmente, el Año Nuevo provoca todo tipo de resoluciones (que sólo el 8 por ciento de la gente mantiene, según la revista Forbes), pero casi nadie decide mejorar sus genes.

El hecho de que esto sea posible puede sonar misterioso, ya que los genes específicos con los que naciste siguen siendo los mismos durante toda tu vida. Pero la actividad de esos genes varía considerablemente, no sólo de año en año, sino también de minuto a minuto. La lectura genética de dos gemelos idénticos es la misma al nacer, pero se ve muy diferente a los 70 años. Para entonces, no están más cerca que dos hermanos que no son gemelos idénticos.

Más cerca de casa, la investigación más reciente indica que conseguir una buena noche de sueño es un rasgo vinculado a vivir más tiempo. Eso no es sólo una señal de que la longevidad está ligada a estar descansado, sino que es un signo de que el buen sueño afecta el equilibrio hormonal y la regulación celular, ambos vinculados a la actividad génica. En realidad, todo lo que la persona dice, piensa o hace envía un mensaje que recibe cada célula a nivel genético. Por lo tanto, la vieja imagen de los genes como cosas fijas y estáticas ha sido radicalmente revisada: su material genético es activo y altamente sensible a cosas tales como pensamientos, sentimientos, comportamiento y el medio ambiente.

Es por todo lo mencionado que el Dr Deepak Chopra ha proporcionado un listado de Resoluciones de Año Nuevo para los genes que podrían ayudarnos a vivir mejor

En términos prácticos, el estilo de vida que cada uno adopta se comunica directamente con la actividad genética de su cuerpo. ¿Qué significa esto para el Año Nuevo? Varias cosas:

Mira cada día como oportunidades donde las actividades que generen aspectos positivos en la vida deben ser mayores que los que generen aspectos negativos.

Tome una visión amplia de los aspectos positivos. Esto incluye comer alimentos orgánicos y naturales y cultivar emociones positivas. Ser feliz es tan importante durante el día como terminar el día con el trabajo hecho.

Añada variedad a su estilo de vida, ¡beneficia a sus células! Tómese el tiempo para estar solo y tranquilo, jugando, apreciando la belleza y comunicándose personalmente con las personas más cercanas a usted.

Siga los ritmos naturales de su cuerpo, incluyendo comer sólo cuando tenga hambre e ir a la cama cuando esté cansado en lugar de trasnocharse trabajando o ejercitándose a pesar de estar agotado.

Reduzca su estrés. Reducir el estrés se aprecia inmediatamente a nivel celular. Si te encuentras en una situación estresante, tan pronto como puedas, busca un lugar tranquilo, y vuelve a tu centro de calma.

Amplíe su conciencia a través de la meditación; Esto tiene profundos beneficios físicos que van más allá de los probados físicos.

Esta comprensión es nueva y pertenece a un campo creciente conocido como epigenética. Epigenética es el estudio del epígeno, la envoltura compleja de proteínas que rodea el ADN; Aquí es donde se activan y desactivan varios genes. En los próximos años, los proyectos de investigación se establecen para revelar hasta qué punto una persona puede afectar a la actividad de su genoma individual-los resultados hasta el momento son muy prometedores.

Esta nueva visión nos permite ver que los cambios positivos en el estilo de vida -meditación, reducción del estrés, buen sueño, una dieta equilibrada, ejercicio moderado- tienen un efecto beneficioso hasta el nivel genético. En un período muy corto, la adopción de un estilo de vida positivo altera la actividad de 500 genes, de acuerdo con los resultados del Dr. Dean Ornish, campeón de largo plazo de estilo de vida como la clave en la reversión de la enfermedad cardíaca.

El resultado es que puedes resolver ser bueno con tus genes en 2017. Al ser bueno con tus genes, puedes beneficiarte más que a ti mismo. Sorprendentemente, la investigación sugiere fuertemente que los cambios de comportamiento pueden pasar a la siguiente generación, a través de la herencia llamada «suave». Aun cuando los genes que un niño recibe de su padre y de su madre son fijos, los acontecimientos que cambiaron el epigene de los padres (acontecimientos positivos o negativos) se pueden pasar sin alterar el genoma, solamente su actividad. Un experimento clave con ratones demostró que un ratón que se benefició de una buena maternidad o que sufría de mala madre probablemente se convertiría en una madre buena o mala a su vez y pasaría el comportamiento a la siguiente generación. Los hallazgos similares sobre los acontecimientos que afectaron a nuestros antepasados están comenzando a surgir en estudios humanos.

Nadie ha demostrado todavía cuánto o poco nuestro comportamiento afecta los genes de nuestros hijos y descendientes en las generaciones futuras. Pero ya sabemos que los buenos y malos hábitos pueden ser virales, incluso más allá de los niños que aprenden a imitar cómo viven sus padres. Estudios de población han concluido que alguien asociado con un amigo o familiar que sigue comportamientos positivos (como no fumar, ir al gimnasio o perder peso) tiene más probabilidades de adoptar esos comportamientos.

La meditación altera la actividad genética casi inmediatamente, lo que contrarresta la creencia de que se necesitan años de práctica espiritual para crear un cambio significativo. En particular, la meditación aumenta los niveles de una proteína llamada telomerasa.